Anuncios clasificados por edades

En ocasiones, cuando he estado a la búsqueda y captura de algún anuncio sobre algún interés en particular, me he dado cuenta de que, ya sea en formato en el formato que sea, la gran mayoría de veces puede resultar caótico. Si buscamos algo como tradicionalmente en la prensa escrita, lo hacemos en televisión o en formato digital, la realidad es que hay tanto resultado que uno podría volverse loco; aún en este último caso, aunque pueden colocarse varios filtros y opciones de búsqueda, no creas que lo facilita demasiado, sigue siendo un verdadero lío. ¿Será por eso que cada vez la gente confía menos en esta forma de compartir información?

Realmente no lo tengo claro, pero a veces se me ha ocurrido que quizá no colocamos los filtros de búsqueda adecuados. Por ejemplo, ¿puede querer encontrar lo mismo un tipo de veinte años que una mujer jubilada? Bueno, quizá sí el mismo producto o asunto, pero ¿con las mismas características? Lo dudo mucho, y es que quizá habría que hacer un estudio de intereses de población, que no parece haber sido por pensado por nadie; por supuesto, harían falta muchos factores más además de la edad, pero quizá sería un buen punto de partida.

Y luego, ¿quién realmente acude a las secciones de anuncios clasificados? Pues aunque en un principio podría pensarse que lo normal sería pensar en hombres, y entre ellos en jóvenes o aquellos en edad adulta, resulta que está claro que esta tendencia ha cambiado en los últimos años. Podemos hablar de la liberación de la mujer, de su acceso al mundo laboral, a la educación y preparación de la que ahora pueden gozar, de su inquietud por estar informada de todo lo que las rodea… y tendríamos razón, pensando que es lo lógico en las nuevas generaciones. Pero, ¿y si te digo que, en realidad, son las mujeres mayores, algunas ya ancianas, las que realmente parecen ser las más interesadas en estas cosas?

Si recuerdas hace unos años, eran famosas por ser escandalosas ciertas partes de los anuncios clasificados encontrados en la prensa, con el sobrenombre de “contactos“; sí que eran contactos, sí, pero muy cercanos, y era la forma de llamar a alguien que se anunciaba para encontrarse con otras personas en plan “amigos y lo que surja…”, ya fuera con sexo o no, que eso ya se iría viendo, o directamente con sexo de pago sin que hubiera ambigüedad ninguna. Este tipo de anuncios eran de interés mayoritariamente masculino, que antes que viejas follando, preferían contactar con chicas jóvenes o, como mucho, maduritas. Pero, sorpresas de la vida, la cosa ha tomado ahora otro rumbo, y justamente esas viejas con las que los hombres no tenían interés en encontrarse, son las que ahora mueven el mundo de los “contactos”, si entiendes lo que quiero decir.

Claro que ahora se ha dado la vuelta a la tortilla con esta, y por supuesto, estas mujeres maduras no están tampoco demasiado interesadas en encontrar hombres de su edad; también ellas son exclusivas, y si van a acabar en la cama con algún maromo al que conocen gracias a un anuncio, prefieren que sea joven, cachas y de buen ver, que para estropeados ya lo tienen en casa si es que son casadas (no te escandalices, muchas de ellas lo son). Claro que no todo es de índole sexual, también existen muchas anuncios sobre comunidades de singles que quieren encontrar pareja, empezando con una bonita amistad; y tienen éxito, no se puede negar eso, y otra vez aquí son las señoras las que copan el mercado, siendo ellas las más interesadas, las que más se implican, y las que más buscan alternativas si el resultado no es el deseado.

Compra y venta en las redes sociales

Otro nuevo elemento que ha ido cobrando importancia en los últimos tiempos como herramienta para anuncios de cualquier tipo ha sido, cómo no, las redes sociales. En realidad no debería sorprendernos, desde tiempos inmemoriales, antes de que se inventara ninguna forma de plasmar lo que decíamos en palabras, funcionaba el “boca a boca“, y ¿qué son las redes sociales, sino grandes comunidades de usuarios que comparten todo tipo de información? Sólo ha cambiado el formato; la esencia no se ha movido ni un milímetro.

Ahora, el conflicto surge cuando la situación cambia de simplemente una conversación informativa o de opinión a transacción comercial. ¿Qué quiere decir? Bueno, las redes sociales son famosas por levantar mareas al tratar un tema, ya sea para bien o para mal, y de ser las primeras en dar la voz de alarma sobre cualquier asunto, informando a todo al mundo casi al instante en que se produce. Por supuesto, no hay muchos filtros por ahora que ayuden a que la información se trate de manera correcta, sin insultos ni ningún sentido peyorativo; es algo difícil de conseguir, aunque ya se están poniendo medidas para ello, más o menos con buen resultado. Pero no negaremos el poder de propagación que pueden conseguir estas comunidades online sobre cualquier asunto.

Ahora bien, cuando pasamos de simplemente informar u opinar sobre algo a anunciar cualquier compra, venta, oferta de trabajo o formación, como si de una sección tradicional de anuncios se tratara, ahí empezaría realmente el problema. ¿Quien regularía realmente todo esto? ¿Quién daría alguna garantía de la seriedad de la oferta, para que no nos den gato por liebre? ¿Quién se haría responsable de la veracidad de la información, y si lo que se refleja en ella es justo, legal o incluso apropiado? Estas preguntas tienen difícil respuesta en el mundo de las redes sociales, pero el problema es que cada vez más FacebookTwitter y otras similares se usan para este tipo de intercambio comercial, casi actuando como tiendas online o agencias de trabajo virtuales, sin que muchos se den cuenta del peligro real que supone usar sus pasarelas de pago o dar datos personales incluidos en nuestro currículo. Nosotros actuamos de buena fe pero, ¿qué hay de la otra parte, quién nos asegura que también lo hace?

Por el momento, prudencia es lo que se recomienda, y no confiar plenamente en todo lo que leemos en las redes sociales, sólo porque supuestamente creemos que una persona es confiable o pertenece a nuestro círculo de amigos o conocidos.