Mujeres maduras y el mundo de la publicidad

No es un secreto que el mundo de los anuncios publicitarios funciona con efectos visuales, como no podía ser de otra manera. Por eso, en los comerciales de cualquier tipo (bueno, menos los de la radio, claro está), se apuesta por imágenes atractivas, capaces de llamar la atención no sólo por el producto que se está publicitando, sino también por su belleza en sí misma. Parece que la máxima es que el público se vea atraído por esa belleza, y luego, repare en el producto de interés en cuestión; aunque a primera vista se pueda considerar una estrategia burda, así ha funcionado durante mucho tiempo, pese a quién pese.

Y también, pese a quién pese, la mayoría de las veces esto se ha conseguido gracias a la aparición de bellas mujeres. El cuerpo femenino posee unas proporciones a las que el masculino no llega a igualar, a pesar de que por supuesto existan hombres de belleza clásica, según todos los cánones. Por eso, en realidad da igual si los comerciales van a dirigidos a hombres o mujeres, porque ambos se sienten interesados siempre por la aparición de una mujer guapa. Por eso, la aparición de mujeres en los anuncios es un elemento casi inamovible, a pesar de las voces que se alzan hablando de feminismo y de su cosificación. Puede que a estas protestas no les falte razón, pero la realidad es que, si quieres vender algo, no hay nada como una preciosa chica para meter lo que sea por los ojos.

Sin embargo, hay algo que sí que ha cambiado, una tendencia que poco a poco se ha ido instaurando en el mundo de los anuncios casi sin darnos cuenta. La novedad es que, cuando antes se asociaba la belleza a una mujer joven, ahora se considera que puede asociarse a mujeres maduras, en toda la plenitud de la vida, y también, por qué no, de su atractivo. Porque una mujer mayor no tiene por qué tener un cuerpo perfecto, de curvas voluptuosas, senos erguidos y culo empinado para ser perfecta, o al menos no hay que considerar solamente eso; si una guapa señora en su treintena o en su cuarentena añade a todos sus atributos físicos la serenidad de la madurez, el resultado es irresistible, y los publicistas se han dado cuenta de eso. Hasta hace poco, era impensable ver videos de maduras gordas en un comercial de televisión, con toda la difusión que eso tiene; sin embargo, lo que está empezando a primar son las imágenes de mujeres reales, alejándose lo más posible de aquellas como de actrices porno que abundaban hace unos años.

Y es que, en los tiempos que corren, incluso las abuelas podrían acabar siendo actrices de anuncios. ¿Quién no se acuerda de esas adorables ancianas que olían a galleta y que se dedicaban a pasar las tardes cuidando y mimando a sus nietos? Y lo siguen haciendo, sin duda, solo que ahora también son capaces de ponerse unos leggings e irse a un gimnasio a dar una clase de zumba. Y es que incluso en las maduras obesas puede encontrarse belleza y encanto, si es que son mujeres seguras de sí mismas. Porque el concepto de belleza, amigos, también está cambiando, y las mujeres, cada vez con más edad, están asumiendo el poder total. Dominarán el mundo y seguirán haciéndonos comprar todo lo que deseen, porque al fin, en eso reside el atractivo de una mujer; algo que a los hombres, por muy adonis que nos consideremos (que no es mi caso), se nos hace difícil lograr.

La publicidad en la red de redes

Atrás han quedado los tiempo en que buscábamos en la sección de “anuncios” de los periódicos por todo aquello en lo que estábamos interesados; es más, la cosa tenía tanto éxito, que conozco de muchos que la miraban sólo por diversión, sin ningún interés real, algo bastante curioso cuando por tradición estamos en un país en el que se lee poco por entretenimiento (quizá deberíamos preguntar por qué, jeje).

Hoy, la emoción de encontrar cosas interesantes en esa sección es casi totalmente inexistente: ambas, la emoción, y la sección. Primero, porque la segunda ha quedado relegada a media página en la gran mayoría de los diarios, y en los otros simplemente ha desaparecido; y la primera, porque ahora hay múltiples maneras de acceder a toda clase de anuncios sin recurrir a la prensa, y porque los conocemos casi al mismo tiempo en que se crean. ¿Y a qué debemos esto? Por supuesto, al milagro de internet.

Desde que la red de redes llegó a nuestras vidas, y poco después los dispositivos móviles con acceso a ella,  lo que se llevan son las webs de anuncios y las aplicaciones, y ya nadie espera ver ninguna clase de anuncio interesante en ningún medio escrito. Por supuesto, la gente joven es la que más controla no sólo el medio, sino también lo que se anuncia, y así cada día se conocen más anuncios de compra, venta, intercambios y toda clase de transacciones, a veces hasta trueques, a través de internet. Y es que la rapidez de respuesta y contacto entre interesados, unido a la gran cantidad que llega en apenas unos segundos, es imposible de superar por cualquier revista o periódico, por más vendido que sea, y esa es la verdad.

A veces añoramos tiempos pasado, y siendo sinceros, sí que hemos perdido algo al dejar todo en el mundo virtual. Puede que objetivamente la forma de hacer anuncios en el pasado no fuera ni mucho menos mejor que la de ahora, pero en fin, es difícil emular la expectación con la que nos asomábamos a esa sección sin saber lo que te ibas a encontrar; ahora, entre imágenes, comentarios y descripciones, eso se ha perdido, aunque por supuesto la eficacia ha crecido hasta límites insospechados. Vamos, que si no consigues lo que quieres, es porque o no lo has buscado bien, o simplemente no existe; incluso la primera opción no parece muy factible, porque cualquier buscador web es un experto en encontrar las cosas más inverosímiles.

Pero si podemos poner nuestro granito de arena para que buscar toda clase de anuncios aún pueda emocionar a alguien, aquí estamos.